Por Max Elliot Anderson
Traducción revisada por Jorge Reyes
Polly vivía entre setos verdes junto con otros nueve hermanos y hermanas. Su nido estaba hecho de hojas secas y pasto. Desde el día en que nació, Polly quería encajar y ser como todos los demás puercoespines cercanos. Unas semanas después, llegó el momento de que ella y los demás dejaran a su madre y el nido, pero no antes de que Polly hubiera aprendido todo lo que necesitaba para encontrar comida o cómo hacer su propio nido.
Su madre tuvo mucho cuidado de mostrar a sus pequeños cómo excavar en busca de escarabajos, hormigas, termitas, saltamontes, gusanos y otros insectos. Polly se volvió bastante buena cavando en la tierra. Mientras cavaba en la tierra, emitía pequeños gruñidos.
Una mañana, vio un puercoespín mucho más grande cerca de su seto. Como Polly era tan gentil y amistosa, caminó para encontrarse con este nuevo amigo.
Polly se aclaró la garganta. "Hola", dijo ella. “Mi nombre es Polly. ¿Cual es tu nombre?"
El puercoespín levantó la vista, resopló y dijo: "Lance".
"¿Lance? Ese es un nombre diferente, ¿no?
Él sonrió. "Lo conseguí porque puedo clavar mis púas en cualquiera que se acerque demasiado".
Polly retrocedió un poco. "¿Estoy demasiado cerca?"
Sacudió la cabeza, luego se inclinó y continuó comiendo de un montón de hojas y ramitas en el suelo frente a él.
Polly estudió a Lance por unos momentos. "¿Qué es eso que estás comiendo?" ella preguntó.
Con la boca todavía llena, era casi imposible entender a Lance cuando murmuró: "Plantas".
Cuando escuchó eso, Polly se rió tan fuerte que cayó al suelo y se hizo una bolita. Sólo sobresalían sus pequeñas púas.
Lance tragó saliva y luego preguntó: “¿Qué es tan gracioso?”
Se puso de pie, contuvo el aliento y dijo: "¿Por qué te comes los pantalones?"
Tragó saliva de nuevo. “Plantas, no pantalones”.
“¿Te gusta comerlos?”
Lance sonrió. “¿Pantalones o plantas?”
Eso hizo reír a Polly. "Plantas, por supuesto".
"Por supuesto. ¿Que es lo que tú comes?"
Se limpió la nariz. "Insectos y cosas que puedo encontrar en la tierra".
Lance arrugó la cara. “Puaj. Los puercoespines no comen ese tipo de comida. ¿Quién te dijo que lo hicieras?
Se puso un poco más erguida. "Mi mamá. ¿Por qué?"
Él simplemente negó con la cabeza. "Toma, prueba algo de esto".
Queriendo encajar bien, Polly tomó un puño lleno de trébol, se lo metió en la boca y comenzó a masticar. Pero en solo unos segundos lo escupió y se limpió la boca. “¡uff! ¿Cómo comes esas cosas? ella preguntó.
“Porque los puercoespines comemos todo tipo de plantas, hojas y ramitas”.
Polly miró las largas y letales púas por toda la espalda de Lance. "¿Es cierto que cuando eres mayor y más grande como tú, los puercoespines pueden disparar púas a sus enemigos como lanzas y flechas?"
Lance sonrió. “Nos gusta que piensen así”.
