Érase una vez una feliz familia de Nubes que se querían mucho.
Papá Nube era grande y ondulante con un bigote esponjoso. Le encantaba jugar con sus hijos a atrapar los rayos y a los truenos encantados.
Mamá Nube tenía el pelo largo, aterciopelado y esponjoso así como una sonrisa dulce y cariñosa. Ella llevaba un delantal con algodón de azúcar, relámpagos ácidos y bolitas de Nubes crujientes escondidas en los bolsillos.
La Hermana Nube llevaba el pelo recogido en trenzas y le encantaba escuchar las últimas canciones de Rock Trueno.
El Hermano Nube usaba tirantes para sujetarse sus pantalones.
Un día, el Hermano puso un rayo debajo de su Hermana. Justo antes de que hiciera “BOOM”, la Hermana se elevó flotando y Papá lo pisó. ¡Cronch! ¡Y su bigote salió volando!
“Me llevará un mes entero hacerlo que vuelva a crecer”, gruñó el Papá.
Buddy Nube era el favorito de la familia. Era muy pequeño y llevaba bajo el brazo su mullida y afelpada mantita de bebé. A Buddy le encantaba cuando Papá lo lanzaba por los aires y lo dejaba caer.
“Basta, papiiii.” se rió Buddy. “Me estás haciendo lloviznar.”
Un día, el Hermano mayor escondió la mantita de Buddy detrás de su espalda. A Mamá no le hizo ninguna gracia.
“Mantita” gritó Buddy. “Dame mi mantita.”
“Buddy no puede dormir sin su mantita” reprendió Mamá.
"Está bien" dijo el Hermano y le regresó a Buddy su mantita.
A la Hermana le encantaba leerle a Buddy Nube. Ella le leía cuentos como "Super Nube", "Nubecita Roja" y "Las Tres Nubes Pequeñas y el Gran Viento Malo".
“Hemana” dijo Buddy, “me da miedo viento malo.”
“A mí también” dijo su Hermana, “pero recuerda que el buen viento siempre viene al rescate.”
Mamá Nube le cantó una canción de cuna suave y reconfortante mientras acunaba a Buddy para que se durmiera.
Al día siguiente, Mamá Nube le enseñó a sus hijos sobre los tres tipos de lluvia.
“Cuando llueves lágrimas de tristeza, las plantas no crecerán” dijo Mamá.
"Sí, y cuando llueves lágrimas de ira, tampoco crecen" dijo el Hermano con una sonrisa burlona. “¿Recuerdas cuando Papá se enojó e inundó el jardín de esa señora? Esas plantas estuvieron nadando durante días”, se rió el Hermano.
“EJÉM, escucha a tu Madre” tronó el Padre.
“Cuando llovemos lágrimas de felicidad, a las plantas les va mejor” dijo la Madre. “Ahora concéntrate mucho y llueve sobre esos tres jardínes de flores de ahí abajo.”
El Hermano Nube lo intentó primero.
“Piensa en cosas felices” dijo Mamá.
“Pensaré en como Papá inundó el jardín de esa señora”, se rió el Hermano. Él se echó a reír y la lluvia cayó sobre el jardín de flores que se encontraba debajo. Las flores se inclinaron con la tensión de la lluvia torrencial.
“No dijo pensamientos divertidos, querido,” insistió Mamá, “pensamientos felices.”
“Yo puedo hacerlo”, dijo la Hermana. “Pensaré en el día en que nació Buddy.”
La lluvia caía suavemente de la Hermana sobre un lecho de rosas de colores debajo. Los capullos se abrieron maravillosamente.
"Perfecto", dijo Mamá.
“Yo lo intento”, dijo Buddy.
Buddy se esforzó mucho pero no pudo llover en absoluto.
"Está bien," dijo la Hermana "aprenderás pronto.”
El Hermano pellizcó a Buddy.
“Ay”, dijo Buddy, mientras comenzaba a llorar. Sus lágrimas cayeron sobre el jardín de flores. Las flores no crecieron.
Mamá le lanzó un rayo al Hermano.
“Ay,” dijo el Hermano, “solo estaba tratando de ayudar”.
“Quiero llorar lluvia feliz” dijo Buddy con un suspiro.