El papá de Teddy lo llamó desde la cocina.
“Tengo que ir a cambiar a tu hermanita. ¿Está bien si juegas solo por un rato?”
Teddy pensó por un momento mientras veía a su papá limpiar los últimos platos del desayuno. Él sabía qué tenía Tanya en su pañal, lo que sus papás bromeando llamaban “un regalo”. Era un regalo que él no quería tener cerca en ningún momento.
“Claro, papá. Pero, ¿qué puedo hacer?”
El papá de Teddy dio una mirada a todos los juguetes y libros esparcidos por la sala.
“¡Hay una montaña de cosas aquí, T!” dijo. “¿Por qué no tratas de construir una torre alta ya que Tanya no estará aquí para tumbarla?”
Una sonrisa se dibujó en el rostro de Teddy y sus ojos brillaron con emoción y un poco de travesura.
“¡Buena idea, papá! ¡La construiré en el patio trasero para que pueda llegar hasta el cielo!”
“¡Dale!” respondió su papá.
Teddy comenzó a transportar afuera cada bloque de madera, bloque de plástico y juguetes con forma de bloques que tenía. Luego, llevó todos sus libros al patio (incluso los que estaban en su cuarto). Después de eso, comenzó a apilarlos.
Él sabía que una fuerte y pesada base sería importante para una torre del tamaño que planeaba construir, así que Teddy comenzó con sus bloques de madera. Calculó que tenía como unos doscientos de ellos. Los bloques se apilaron de forma rápida y fácil creando una base sólida. Para colocar los últimos bloques encima, Teddy tuvo que pararse sobre una de las sillas del patio. Después, tuvo que pararse sobre la mesa para seguir construyendo. Pronto, tuvo que poner la silla arriba de la mesa y pararse sobre ambos.
Lo siguiente fueron sus libros. Teddy cuidadosamente los colocó, de forma plana, uno sobre otro. Él tenía montones de libros. Algunos eran grandes, otros pequeños, con capítulos, con dibujos, otros gruesos, varios delgados e incluso con forma de estrella. No tenía tantos libros como en la biblioteca, pero sin duda eran muchos. Teddy colocó tantos libros que, incluso cuando se paró sobre la silla que estaba sobre la mesa, no podía alcanzar la cima de la torre. Así que puso una caja sobre la silla que estaba sobre la mesa y se subió sobre los tres muebles para seguir apilando.
Una vez que había terminado con la gran pila de libros, siguió con sus bloques de plástico y con los juguetes con forma de bloques. Utilizó cualquier cosa con forma de cuadrado o rectángulo. Cajas de zapatos, tableros de dibujo, rompecabezas de madera. Teddy los apiló todos en la cima de la torre. Luego, se dió cuenta que podía subir las escaleras, que lo llevan al patio, e inclinarse sobre la barandilla para seguir apilando. Cuando las escaleras ya no eran lo suficientemente altas, él continuó apillando bloques inclinandose sobre la barandilla del patio. La torre crecía más y más alta.
“¡Hola Teddy, te vimos desde nuestra casa! ¿Te podemos ayudar a construir la torre?
Max y Luis, dos amigos de Teddy que vivían dos casas más abajo, caminaron hasta su patio cargando bolsas de bloques y montones de libros. ¡Refuerzos! Teddy no se había dado cuenta pero estaba casi por terminar la montaña de cosas que podía poner en la cima. Así que fue buena suerte ver a sus amigos y todos sus suministros.
¡Genial! gritó Teddy mientras sus amigos subieron corriendo por las escaleras del patio.
Juntos apilaban y apilaban. Bloque tras bloque, libro tras libro, juguete tras juguete. Cuando ya no lograban alcanzar la cima de la torre, se pararon sobre sillas. Después, así como antes, pusieron la silla sobre la mesa que estaba sobre el patio y alcanzaron aún más alto. Loncheras, cajas de juegos de mesa, cajas de juguetes. Todo lo apilaron en la cima, haciendo crecer la torre más y más con cada pieza nueva.
Pronto, Teddy, Max y Luis, ya no podían alcanzar lo suficientemente alto al estar parados sobre las sillas sobre la mesa sobre el patio. Así que colocaron cajas sobre las sillas y se subieron sobre ellas para seguir trabajando. Cuando aún tenían más bloques, juguetes y libros que apilar pero no alcanzaban la cima, Teddy se paró sobre los hombros de Luis mientras Luis se paró sobre la caja sobre la silla sobre la mesa sobre el patio. Max le arrojaba las cosas a Teddy y Teddy las acomodaba en la cima de la torre. Libros sobre fútbol americano. Libros sobre barcos. Libros en forma de pelota de fútbol. Libros en forma de barcos. Más y más cosas se apilaban en la cima de la torre mientras los chicos seguían trabajando.
“Hola Teddy, perdón por estar dentro tanto tiempo,” dijo el papá de Teddy mientras salía al patio que estaba debajo de los niños. Él estaba mirando su teléfono mientras hablaba. “Puse a Tanya a dormir una siesta, creo que ella podía escucharlos jugar aquí afuera y ella…”
Su voz se apagó y dejó caer su teléfono cuando vio a Teddy parado sobre los hombros de Luis sobre una caja sobre la silla sobre la mesa sobre el patio, atrapando las cosas que Max le tiraba y apilandolas en la cima de la torre que ya había rebasado el punto de ser demasiado alta.
“¡Papá! ¡¿No es genial?! ¡Sin Tanya para derribarla, nunca imaginé lo alta que podría llegar a ser! gritó Teddy. “Pero ahora ya no puedo llegar a la cima y todavía nos falta usar muchas cosas.”
El papá de Teddy lo consideró por un momento y rápidamente se dió cuenta que, de hecho, esta sería la torre más asombrosa jamás haya existido. Así que fue una decisión muy fácil.
“¡Voy por la escalera!” dijo.