Ellie Caballo galopó hacia la cocina. “Buenos días, hermano Caballo!” relinchón ella.
Michael puso los ojos en blanco. “No soy un caballo”, dijo.
“¡Claro que lo eres!”, relinchó Ellie.
“¡Oh, hermano!” se quejó Michael.
“Hermano Caballo, para ser exactos”, dijo Ellie.
Mamá preguntó si les gustaría unos huevos para desayunar.
“Los caballos no comen huevos”, dijo Ellie.
“Hmmm”, dijo mamá. “Bueno, eso es un problema. Vamos a ver, tengo tostadas, cereal y panqueques. ¿Algo de estos servirá?”.
Ellie tuvo que pensarlo. Se detuvo, levantó su pezuña delantera y la apoyó en su melena. Después de todo, así es como los caballos piensan mejor.
“Bueno”, dijo Ellie, “los caballos no comen ninguna de esas cosas. Pero a los unicornios si les gustan los panqueques”.
“Muy bien”, dijo mamá justo cuando el cuerno de Ellie comenzó a crecer. “Serán panqueques ”.
Ellie Unicornio estaba bastante hambrienta. Ella comió cuatro panqueques, con jarabe extra, claro, porque así es exactamente como a los unicornios les gustan sus panqueques.
Después del desayuno, mamá dijo que era tiempo de hacer las compras. Ellie Unicornio cabalgó al automóvil y se subió en su asiento. Solo había un pequeño problema. Su cuerno casi perforaba un hoyo en el techo, por eso se agachó un poco.
Michael Unicornio se enderezó en su asiento. “¡Ten cuidado!”, le advirtió Ellie. “¡Tu cuerno hará un agujero en el techo!”.
“¡Oh, hermano!”, dijo Michael.
“Hermano Unicornio, para ser exactos”, dijo Ellie pero Michael se negó a moverse.
Ellie Unicornio tuvo que pensar rápido, antes de que su hermano Unicornio arruinará el automóvil con su cuerno. Se inclinó hacia adelante y descansó su cuerno suavemente sobre el asiento delantero. Después de todo, así es como los unicornios piensan mejor.
“Bueno”, dijo ella, “los unicornios no pueden viajar en automóviles, pero los