El Mundo De Ben

"Mamá, ¿podrías atar esto, por favor?" Ben preguntó por sexta vez.

"Claro cariño." Ella ató la andrajosa manta sobre los hombros de Ben y luego le revolvió el pelo.

"¡Gracias mamá!" Ben se fue saltando por la puerta trasera con su capa ondeando trás él.

Sir Ben el Audaz en su orgulloso semental blanco, Storm, galopa hasta el borde de un gran jardín. Al otro lado del jardín, el Caballero Negro espera en su caballo oscuro. Storm pisotea el suelo, ansioso por comenzar el combate de justas.

Ambos caballeros levantan sus lanzas. Storm salta hacia adelante, cabalgando hacia el Caballero Negro. Los cascos golpeantes sacuden el suelo. Los caballeros cabalgan rápidamente el uno hacia el otro.

Con un gran choque de lanzas, Sir Ben casi se cae de su caballo. Se vuelve a subir a su montura y luego mira fijamente al Caballero Negro. "Pagarás por eso".

Los caballeros dan la vuelta con sus caballos al llegar a los extremos opuestos del campo, listos para un segundo turno. Sir Ben incita a Storm a la siguiente carga. Una vez más, los caballeros cabalgan el uno hacia el otro con sus lanzas firmes. Se acercan; los caballos corren más rápido.

Un estruendoso crujido suena cuando las lanzas chocan y se parten por la mitad. Un borde punteagudo saca al Caballero Negro de su oscuro corcel. Ben el Audaz se desliza junto a Storm hasta detenerlo sobre el caballero caído.

“¿Te rindes?”, pregunta.

El Caballero Negro frunce el ceño mirando a Sir Ben y grita: "¡NUNCA!" Agarrando su propia lanza rota, se pone de pie de un salto y se lanza hacia Ben el Audaz.

Sir Ben incita a Storm a la acción. La lanza del Caballero Negro se engancha en la capa del buen caballero y se la quita de los hombros.

Ben parpadeó y bajó la mirada hacia su manta abultada en el suelo. Él la agarró y corrió de regreso a la casa. “Mamá, ¿puedes atarme esto?”

Ella se volteó, arqueó una ceja y miró fijamente a Ben.

"¿Por favor?" añadió apresuradamente él.

"Claro cariño." Mamá sonrió pacientemente.

De vuelta afuera, una nariz fría y húmeda tocó la mano de Ben.

Ben, el gran y poderoso mago, se vuelve hacia el elegante dragón negro. Con un movimiento de su poderosa cola, el dragón lanza una ráfaga de fuego.

Ben el Grande balancea su bastón y se protege de las llamas.

El dragón se levanta, sus largas garras brillan a la luz del sol.

“¡Yo convoco agua!” Ben el Grande grita.

Un chorro brota del extremo

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