Cloogurt acababa de terminar sus deberes en el Planeta Dorzbot cuando un pequeño objeto cayó desde lo alto y aterrizó justo a su lado. Cloogurt se quedó mirándo fijamente al brillante, plateada y delgada cosa que resplandecía y centelleaba bajo los doce soles de Dorzbot. El objeto tenía un asa estrecha, pero en la parte superior el asa se ensanchaba y se dividía en cuatro partes más pequeñas. ¿Qué podría ser?
Cloogurt se inclinó hacia adelante y tocó cuidadosamente el objeto. ¿Estaba vivo? Para alivio de Cloogurt, este no le picó ni le mordió. De hecho, simplemente se quedó allí en el suelo. Cloogurt lo recogió, el asa lisa y brillante encajaba perfectamente en una de sus seis manos. Cloogurt estudió el objeto con curiosidad. ¿Qué era?
Tal vez era un instrumento musical. Cloogurt levantó el objeto hasta su hocico y sopló aire a través de él. Ningún ruido salió del objeto.
Tal vez era un peine. Cloogurt trató de pasar el objeto a través de su pelaje largo y espinoso, pero este se retorció y se atascó. Cloogurt lo desenredó de su pelaje y lo estudió de nuevo.
Tal vez era una computadora diminuta. Cloogurt le dio la vuelta, buscando un botón de "encendido", pero no pudo encontrar uno en ninguna parte.
Tal vez era una planta. Cloogurt lo plantó en el suelo blando de Dorzbot y lo dejó allí durante dos semanas, pero no creció. Cloogurt sacó el objeto del suelo y se quedó observándlo.
Tal vez era un teléfono. Cloogurt puso el objeto junto a una de sus diecisiete orejas y dijo "Moogpar" (que es "hola" en Dorzbot, por supuesto). Utilizó su voz más amistosa, pero nadie respondió.
Tal vez fue un bumerán. Cloogurt agarró el objeto con fuerza en una de sus manos, dio vueltas y vueltas sobre sus siete pies llenos de lunares y lanzó el objeto al aire con todas sus fuerzas. En ese momento, un fuerte viento levantó el objeto y lo arrastró al espacio. Cloogurt esperó y esperó…