El Deseo De Warty

Warticus I. Toad deseaba una cosa. Él lo deseaba mucho, muchísimo. 

"¿Qué podría querer él?", dices tú. 

Tenía una pequeña y cómoda madriguera, de tamaño y forma precisa para un sapo. Tenía algunos buenos amigos quienes sabían cuándo visitar y cuándo no molestar. Y tenía todos los bichos, larvas y gusanos que su verrugoso cuerpo podría consumir. 

¿Qué podría desear un sapo que lo tenía todo?

Warticus I. Toad quería… ser amado. Más específicamente, ser besado.

Un día, a principios de la primavera, se miró en el espejo y dijo, “Warticus, viejo amigo, acepta la realidad. Eres un sapo. Un sapo marrón, nariz chata y lleno de bultos. Nadie te ama. A nadie le caes bien.”

“¡A mi me caes bien, Warty!” dijo Darticus B. Newton, metiendo su nariz puntiaguda en el hoyo de Toad. “¿Me podrías prestar un poco de aceite de alta viscosidad?"

Toad sonrió a pesar de no estar contento e invitó a su viejo amigo a pasar. Newt era un inventor, siempre construyendo algo emocionante. Ambos discutieron los problemas de Toad mientras tomaban el té.

“Por cierto,” dijo Newt. “¿Por qué no estás hibernando? ¿Y por qué estás despierto durante el día?”

“No podía dormir, “ respondió Toad. “¿Podrías dormir si nadie te amara? Tomó un largo sorbo de té y luego susurró, “¿Si nunca te hubieran besado?”

Newt asintió y no se atrevió a admitir que él mismo nunca había sido besado. “Ese es un problema.”

“Y Newt,” preguntó Toad, “¿Por qué tú no estás hibernando?”

Newt se levantó y se estiró. “Estaba dormido, pero a mediados de diciembre tuve el sueño más asombroso y he estado despierto desde entonces.”

“¿En qué mes estamos ahora?”

“Marzo. Así como lo ves,” dijo Newt con un brillo en su ojos “de todos modos, ya es casi tiempo de despertar.” 

Toad se acomodó junto al fuego con un gran bostezo. Newt paseaba de un lado a otro mirando al techo. Su cola azotaba como lo hacía cuando estaba de muy buen humor. “Soñé con el invento perfecto. Era un aparato volador, completamente propulsado por…” se detuvo y miró a Toad, “¡Gas!” 

Toad se sentó en la orilla de su silla, completamente despierto, “¡Sí! ¡Sigue, sigue!”

“Era una aeronave dirigible.” Tomó la barra de metal de la chimenea y dibujó en la tierra que hacía de suelo de la madriguera. “La aeronave tenía forma cilíndrica con extremos semiesféricos, así. La estructura estaba recubierta en una seda barnizada!” aquí Newt dejó de dibujar y volvió a mirar a Toad.

Toad escondió un bostezo. “Continua.”

“Era exactamente seis pies de largo y tenía un diámetro de…”

“¿Y cómo terminó tu sueño? interrumpió Toad, quien no tenía paciencia para los detalles. Newt se hundió en el sofá y suspiró. “Sobrevolamos el palacio y les deseamos una feliz pascua a la familia real. El rey nos invitó a tomar el té, tomamos un tour en mi dirigible y me nombró inventor de la corte.”

“¿Y cómo me nombró a mi?”

“Aahh…” aquí Newt dijo una pequeña mentirilla, siendo el buen amigo que era. En su sueño, la reina dio un grito y posteriormente se desmayó al ver a Toad. El rey había desterrado a la desventurada criatura a la mazmorra más oscura. “Tú fuiste nombrado como el músico de la corte.”

Toad estuvo muy satisfecho, quien tocaba la tuba extraordinariamente bien. Lo que más le gustó fue la idea de estar relacionado con la familia real, para ser específicos, con su alteza, la bella princesa Priscilia. Se sabía que las princesas habían besado a anfibios en el pasado. “¡Hay que construirlo!” grito Toad “¡Me encargaré de todo!” 

“Puede ser que tengamos problemas para encontrar un tanque de gas de hidrógeno,” dijo el siempre práctico Newt. 

“¡Grandes larvas, Newt! ¿No te dije que yo me encargaría de todo? Déjamelo a mi.”

Newt había esperado escuchar esto. La verdad es que esta era la precisa razón por la que había hecho la visita. Newt era inteligente, sí, pero lamentablemente no tenía dinero en efectivo. “¿Dónde lo deberíamos construir?”

Toad aplaudió con sus pies. “¡Conozco el lugar perfecto! El antiguo granero abandonado de los McGrudggin. Los humanos creen que está embrujado por la suegra fallecida de los McGrudggin, quien murió atragantándose con un nabo blanco. ¡Seremos capaces de construir tu gran máquina voladora allí sin ser molestados!”

La lengua de Newt salió rápidamente de su boca y su cola se movió de un lado a otro. “No estoy seguro si el granero es el mejor lugar, viejo amigo. La luz será muy mala y…”

“¿Darticus B. Newton, estás nervioso?” Los ojos saltones de Toad se clavaron en los de su amigo. “Tú eres un anfibio de ciencia. ¿Seguro que no te asustan los fantasmas? Que no te falte valentía, mi viejo amigo. Construiremos en la luz del día, por más que lo deteste y te acompañare a casa mucho antes de que oscurezca.”

Newt le dio una tímida sonrisa y se dieron un apretón de patas. “¡Que comience la construcción!”

Como lo prometió Toad, él consiguió todo lo que Newt necesitaba. Tuvo un poco de dificultad para encontrar un tanque de hidrógeno; así que la ingeniosa criatura, en cambio, consiguió un tanque de helio. “Después de todo,” pensó Toad, “gas es gas.”

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