Mei Ling Kyndall tenía olfato para la aventura. Y hoy estaba ansiosa por usar su fabuloso-súper-rastreador olfato en el lugar más aventurero de todos: la tienda gigantesca y titánica que lo tiene todo. Filas y pasillos, departamentos y estantes, abastecidos y repletos de aventuras.
Así que cuando su papá abrió la puerta del auto, Mei Ling olfateó profundamente. “Ooooooo, huele a aventura.” cerró los ojos, volvió a inhalar y dijo: “¡Sí! Mi fabuloso-súper-rastreador olfato me dice que hay una aventura silvestre y tropical floreciendo en la selva y está llena de monos, loros y mucho más”.
Pero cuando Mei Ling bajó de un salto fuera del auto al duro pavimento negro, dijo: “Ugh. Los autos apestan a grasa y a gasolina.” así que se tapó su fabulosa-súper-rastreadora nariz con una mano y agarró la gran mano de su papá con la otra. "No hay tiempo que perder. Este es ÉL fabuloso lugar. Debo encontrar mi aventura silvestre y tropical floreciente que está llena de monos, loros y mucho más”, dijo con las fosas nasales tapadas.
Ella brincó a través de las puertas corredizas, dejó de taparse su fabulosa-súper-rastreadora nariz y se puso de puntillas. “Ooooooooo. ¿No puedes oler las aventuras?”
Pero luego su papá empujó un carrito de compras hecho de acero y que parecía una jaula.
Mei Ling frunció el ceño. “Montar en carritos de compras es para bebés. Yo ya estoy grande y lista para la aventura.” Así que ella se despidió con la mano y se puso en marcha, siguiendo su fabuloso-súper-rastreador olfato.
Su papá la persiguió, pisándole los talones, empujando el carrito de compras hecho de acero y que parecía una jaula.
Mei Ling saltó y brincó alrededor de los compradores, alrededor de los carritos y alrededor de una pila de sandías en dirección a un cálido y suave aroma: la zona de la panadería. Ella se puso de puntillas, hizo un gran saludo y dijo: “Soy Mei Ling y estoy lista para mi aventura panadera”.
Ella se puso un delantal alrededor de la cintura, se puso el gorro de chef y comenzó la aventura. Enharinando sus manos, la chef Mei Ling amasó la masa dándole forma a los panecillos y trenzado el pan. Separó y esparció el glaseado para decorar dos pasteles de cumpleaños, tres docenas de pastelitos y un pastel de crema de coco. RING. RING. RING. Cuando sonó el temporizador del horno, ella pudo probar las galletas de mantequilla de maní. ÑAM.
Entonces su papá señaló el carrito de compras hecho de acero y que parecía una jaula.
Mei Ling lo saludó con la mano y dijo: "Aún no hemos encontrado la aventura silvestre y tropical floreciendo en la selva que está llena de monos, loros y mucho más”. Así que se puso en marcha, siguiendo su fabuloso-súper-rastreador olfato.
Su papá la persiguió, pisándole los talones, empujando el carrito de compras hecho de acero y que parecía una jaula.
Mei Ling saltó y brincó alrededor de los compradores, alrededor de los carritos y alrededor de una pila de champú en dirección a un olor elástico, rebotante y flexible: el departamento de artículos deportivos. Ella se puso de puntillas, se subió a un trampolín y dijo: “Soy Mei Ling y estoy lista para mi aventura acrobática”.
Ella se apresuró en ponerse la malla de gimnasia morada con lentejuelas y saltó a la aventura.