por Lance O. Redding
Traducción revisada por Jorge Reyes
El abuelo estaba sentado con los ojos cerrados en una silla en la sala del centro para personas mayores, la cabeza baja y las manos cruzadas sobre el regazo. Para cualquier espectador, parecería dormido, y eso es exactamente lo que él quería. Si estaba durmiendo, no le molestarían.
Pero el abuelo Sorenson no estaba dormido. El abuelo Sorenson casi nunca dormía, porque era, de hecho, un Superhéroe.